jueves, noviembre 09, 2006

En la calle del Pez...


El despertar confiesa sus pecados:
hoy no tendrá más versos para mi.
No esperes que me quede aquí, a tu lado,
si quieres, volveré siempre a por tí.

La dulce sensación de estar tan lejos
a veces me encomienda su porqué,
y no puedo tener sed de tus labios,
si no me dejas tiempo a renacer.

No hay nada de razón en esta senda,
tampoco quiero ser tu sensatez.
Escribo porque siento en mi cabeza
necesidad sin ganas, madurez.

Un sobrio amanecer me ha despertado
no sé ni cómo, tampoco sé por qué...
Lo que sí sé es que vivo alborotado
cuando abro bien los ojos... y no sé...

Me faltan tres costillas... sin costado.
Me faltan sietes en el almacén...
Si quiero, te recuerdo, de prestado...
si no, me guardo el sueño en la niñez.

A favor, siempre gritan las sirenas.
En contra, amargos aires de placer.
Y tus besos... ¿me habrán envenenado?
Y todo, sin saber muy bien porqué.

De sal, de musas tristes, lleno el alma,
y suena música de Saint Germain.
Me pierdo en la espesura de unos labios,
mientras de fondo... espero tu vaivén.

No tengo que dar más explicaciones,
tú tampoco necesitas que las dé...
Es tarde ya, y hoy duermes en mi cama...
sin ese cuento que nunca te conté.

La noche afianza el vértigo en aleros,
las luces hacen vida... en la calle del Pez.

1 comentario:

Toñy dijo...

Simplemente vuelvo a decirte que no sé como puedes hacer tantas cosas a la vez. Y mira que he intentado imitarte...

Hablamos para lo de Cruz Roja y lo de la Asociación, este año sí, ok?

Sigue regalaándonos estos escritos y enseñándonos a sentir contigo, con tus palabras.

Un besazo grandote jefe.