viernes, septiembre 15, 2006

Salitre en tus mejillas


"...Se conformaba con sentir cómo el aire arrastraba las olas del mar hasta la orilla. No pensaba en nada más mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar como ellas, más lejos aún -pensaba-, donde nadie pudiera alcanzar para romper aquel momento.

Poco importaba ya que la lluvia se estuviera deshaciendo de los turistas, que iban desapareciendo de la arena dejando tras de sí una senda de pisadas, todas, en la misma dirección como un reguero de hormigas, cuando ella en realidad lo que sentía era que necesitaba estar sola. Mucho más sola aún de lo que había estado nunca. Lo deseaba tanto que dejó de percibir la algarabía y los coches arrancando apresurados para volver a casa. Y su empeño agradeció las primeras gotas que trajo el viento de aquella turbia tormenta que se acercaba, cada vez más gris, cada vez más cerca, aunque ella ni siquiera pudo darse cuenta.

"No pensaba en nada más mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar
como ellas..."

Desde lo alto del acantilado, sentada sobre la hierba húmeda de la noche anterior, ensimismada, dejaba perderse la vista en el vaivén de las olas, mientras se liberaba de las esclavas azules que había comprado en el puesto de Rachid esa misma mañana, cuando aún reinaba el sol y las nubes no eran parte del paisaje. Apoyada con las palmas de las manos detrás del cuerpo, dejó caer su cabeza hacia atrás para abandonar el mar y descubrir el cielo: un cielo lleno de nubes grises y densas. En ese mismo instante volvió en sí, y se dio cuenta de que estaba sola, al fin, y que aún no había empezado la tormenta..."

"Salitre en tus mejillas... es un relato que nació de una mirada, en un segundo"

miércoles, septiembre 13, 2006

Carreteras por quemar

Recuerdo que hace tiempo escribí esto:

"...Que dormirte en la noche no sea
mojar una almohada con agua de sal
Que tu vida no tenga fronteras,
sino carreteras que están por quemar..."

























Y hoy tiene aún más sentido para tí, MaEQ

Esto no es sino un órdago al destino,
que hoy te pone contra las cuerdas
y mañana te devolverá más fuerte,
y más grande.

Una sonrisa,
de las que llenan la cara
y hacen grande el corazón,

lunes, septiembre 11, 2006

No cambiaré las comas de este cuento...

"Asusta el despertar, si no estás dentro...
pero hace mucho que me vi partir..."
Así daba comienzo el primer verso
que cayó de la luna, tras de ti.

Es leve el caminar de los recuerdos
aunque a su paso dejen un sentir...
algo que se apagará en cualquier momento
pero que no da luz, calor, ni hace reír.

La luna, entumecida entre el cemento,
no quiere ver ya más al sol salir.
Quizá ya se cansó: ganó el aburrimiento.
No encontró agujeritos para huir.

¿Cómo arremolinarse en un "lo siento"
si el corazón nunca ha dejado de latir?
¿Cómo cambiar las comas en un cuento
si ya no hay nada mío en tu jardín?

Y no hay una razón, o ya no existe,
para parar aquí, darse la vuelta,
y desandar la senda de ventajas
después de caminar mitad del cuento.

Ventajas eran tildes, ventajas eran comas.
Ventajas era el verso más triste en esta noche.
Ventajas será el cuento que no supe escribirte.
Ventajas era un sueño mucho más que imposible.

Y el sol no mira atrás, sino hacia dentro,
y sonríe: el dulce alivio de sentir
que todo terminó, como en un cuento,
cuando los labios llegaron al fin.

El cuento empezaría hoy sin ti.
El cuento, empezaría hoy, sin ti.
Él, cuento, empezaría hoy sin ti.
El cuento empezará... sin ti.

lunes, septiembre 04, 2006

How to forget your eyes...



How to forget your eyes...

How to forget your skin...

How to forget your smile...

Only if I... Only if I...

Only if I... kiss your lips.

Bisous, ma petite blonde...