miércoles, febrero 22, 2006

Despertar















Despertar embravecido como el mar
Es parte del rumor que muerde de latir
Sin mucha explicación, casi pestañear
Dar sentido a la razón que desea partir.

Es sólo un día gris, de un frío y triste gris…
Horas de salvación, minutos de locura
Oscuro día gris, de un triste y frío gris
Ya no más compasión, ya no más amargura

Yo empeñado en caer, devanando los sesos
Aliento de cristal, garganta en fuego ardiendo
Nada que reprochar, no hay nada entre los dedos
Osada es la pasión aunque ganen los vientos

Taimada sensación en las manos, de versos
Ensenadas de luz, arena y cal en los anhelos

Queriendo mascullar, enquistado el veneno,
Una voz dice ser la única del recuerdo
Isótopos de luz salivan en silencio
Esperando la vez, esperando el momento
Rasgados de la piel que separa el empeño
Oscura es la razón que clama desde dentro.

Ojeroso recuerdo la sal de aquellos sueños
La verdad ya no duerme conmigo tan lejos
Viviré del camino que me trajo el recuerdo
Imaginando el solsticio que dejó ese silencio

Devastado el desierto y borradas las huellas
Apresado el destino en un bosque de estrellas
Trataré de encontrarme a mi mismo sin ellas
Enhebrando una aguja de furor que no llega

Daría un grito en el cielo que volviera a la tierra
Empeñado en golpear a ese sol que no sueña
Más no tengo razón para echarle la culpa
Imagino que el mar no terminará nunca

Pasa el tiempo al rasgar cada página muerta
Abocado a mirar atrás si golpean la puerta
Raras veces sonrío si se ahuecan las alas
Arrinconar la tempestad de la voz de la nada

Soledad es el nombre de una musa empañada
Irradiando la paz y el dolor que desgrana
Es mujer, ya papel, del color de las aguas
Mar de sueños y fe, mar de luna sin calma.

Para ahuyentar el dolor hecho castigo
Rescato del arcón pesadillas que hablan,
Esperan la verdad, y no juegan contigo,
Mi verdad vale más que mil crudas palabras.

Unos versos caprichosos...
han querido despertar la tempestad que hoy arde dentro.

jueves, febrero 16, 2006

Igual que llegó... se ha ido


E igual que llegó… se ha ido. Casi sin querer entrar, se fue caminando, calle abajo, con media sonrisa en los labios mientras pensaba en todo esto. Mientras se le deshacían los pensamientos en la cabeza y confirmaba sus expectativas, mi esperanza, escurridiza, se marchaba ensimismada calle abajo, entre el pequeño espacio que quedaba entre los adoquines de la acera y las suelas de sus botas, paso a paso. Casi sin tiempo de respirar de nuevo, ni siquiera intercambiar unas palabras, pasé a formar parte del olvido. Sin más pena ni gloria, fui vencido… más por las circunstancias que por las desavenencias que tengo con el destino.

Un olvido escurridizo y pasajero, como la ilusión de un niño que, pegando con insistencia la nariz a ese cristal que le separa de su sueño, tiene que abandonarlo, ya vencido, por la tozudez de las circunstancias y por su mamá, que tira de sus sueños y de su brazo, para continuar caminando calle abajo.

Fue un sueño excepcional, mientras duró. Aunque, a decir verdad, fue sólo mío. Del que despierto hoy, más ensimismado que vencido.

lunes, febrero 13, 2006

Quimeras

Una voz despedaza sus recuerdos
Tratando de ahuyentar las pesadillas
Que forjaron las mil noches de silencio
en alforjas de quimeras y caricias.

Quimeras… Caricias
Sin piel, sin voz, sin otro corazón…

Al tiempo en que afilaba su navaja
Dejaba de mirar la luz del día
Desoyendo los deseos y las palabras
Osó fijar la fecha de partida.

Deseos…Palabras…
Sin piel, sin voz, sin otro corazón…

Y la luna fue testigo de su afrenta
Con él, consigo mismo, lucharía,
Por no volver atrás, alma sedienta,
Hasta dejarse el corazón, quizá la vida.

Un alma… sedienta…
Sin piel, sin voz, sin otro corazón…

Enconando la mitad, mitad sería
de una piel resquebrajada, dolorida,
dónde posar una mirada ya perdida
y mantener esa verdad, media sonrisa.

Mirada perdida… Media sonrisa…
Sin piel, sin voz, sin otro corazón…

Pasión de contrabando lleva dentro
Que ciega la razón, la voz se rompe.
Sus sueños son azules, pensamientos
Que se ordenan y revuelven en la noche.

Sueños azules… Revuelven la noche…
Sin piel, sin voz, sin otro corazón…

Sabía bien que a dentelladas moriría
Y morirá, sin duda, morirá algún día
Posiblemente, en una cueva hoy escondida
Donde esa piel no sea su punto de partida.

A dentelladas…una cueva escondida…
Sin piel, sin voz, sin otro corazón…

Es parte de la luz del mediodía
Pero es noche, también, a las estrellas
El brillo trae la luna que, escondida,
puede verla, cada noche, siempre bella.

Brillo de luna… es noche a las estrellas
Sin piel, sin voz, sin otro corazón…

De quimeras, esencias y pesadillas…
Sin piel, sin voz, sin otro corazón…


Viento volador...bajo la piel de una pasión.

domingo, febrero 05, 2006

Una sugerencia cinematográfica...

"El Jardinero Fiel" (The constant gardener, 2005)
Basada en la novela de John Le Carré.

Una verdadera obra maestra,

No se la pierdan. ;-)

sábado, febrero 04, 2006

De una calle en el olvido

Me acusaba con su mirada perdida desde la lejanía. Al fin y al cabo, yo era un hombre más que se cruzaba, literalmente, en su camino. Aunque reconozco que no fue del todo así. Fue mi mirada la que se cruzó con ella al caminar o, por lo menos, con lo que hoy quedaba de lo que fue. Rompía de un plumazo, en su caminar, cualquier parecido con lo que pudiera ser un movimiento asociado al ritmo, tambaleando su trayectoria al gusto del azar y de la gravedad.

Algo me empujó súbitamente a cambiar de acera. Algo, no sé muy bien por qué, me hizo cruzar la calle sin apenas tener en cuenta el tráfico habitual, ni los coches y las motos que suelen embocar esa calle con una mezcla de ansia y despotismo para con los viandantes, sin tener en cuenta a los peatones apostados a ambos lados como fichas anodinas de ajedrez.

Y es que antes de irrumpir el negro asfalto para alcanzar la otra orilla, casi sin pensarlo, embosqué un cigarrillo entre mis dedos mientras me tentaba los bolsillos con el ánimo reflejo de hallar un mechero con el que dar vida a ese infortunado pitillo y aportar un poco más, y digo un poco, de humo sin piedad a mis pulmones.

En ésas estaba cuando, involuntariamente suicida, logré llegar a la maltrecha senda que quedaba entre la fachada del Ministerio de Justicia y los bolardos comunicantes con el alquitrán, por la que, justo de frente, venía ella como un péndulo asustadizo.

Ni siquiera me dio tiempo a colonizar el bordillo cuando se concentró en mirarme a los ojos despistados para pedirme un cigarrillo que sabía con certeza que tenía. Un aspecto denostado y ojeroso delataba el cansancio que portaba en sus adentros. Una lata de cerveza en la mano izquierda que, semioculta en un jersey de gran tamaño que parecía haber dado de sí hasta el límite, daba de un plumazo la razón a la lamentable imagen de derrota casi eterna y repetida ya en sus ojos y su rostro.

[Continuará...]

viernes, febrero 03, 2006

Lo que se me escapó de un suspiro...

"...Entonces...
yo daré la media vuelta
y me iré con el sol...
Cuando muera la tarde..."

"La media vuelta" - José Alfredo Jiménez (México)