martes, noviembre 21, 2006

El Principio de Desigualdad. Por Ismael González


Cuando la guerra, se lucha con otra guerra,
La desigualdad entre hombres y mujeres,
Se lucha con la discriminación positiva,
Perdónenme, llevo meses buscando en diccionarios
Pero... no encuentro respuestas.

Ahora se dedicarán a poner señoritas en las señales,
¿A todas? ¿Si yo estoy rellenita?, ¿Si no tengo busto?,
¿Si soy alta?, ¿Si soy baja?, ¿Si soy rubia?
La señorita representada... ¿Llevará falda?
¿Y esto no es sexista...? ¿Y si no me gustan las faldas?

El problema radica en que no somos capaces de ver más allá:
La cuestion no es ver a un hombre o a una mujer,sino a una persona.
En vez de gastar en la educación para la no discriminación,
recortamos en la educación... y gastamos en señales...
que van a seguir significando lo mismo.

Junten las letras.
Un saludo,

domingo, noviembre 12, 2006

Noviembre dulce -Soneto-


A más de mil kilómetros de tus pupilas
encontré unas alas de un volar valiente,
mientras las estrellas estaban ausentes,
yo pinté un anochecer de color mediodía.

De ese mar tan en calma, que abrigó lo que escondes,
se embarazan las almas al embestir las olas
avanzando la voz de unos gritos que, a solas
son la sal de la arena, y en suspiros respondes:

"Se olvidaron de darme en las señas tu nombre..."
Navegar, y ponerse en la piel de cualquiera,
para que tus pisadas nunca busquen mis ojos.

Y a la vez, abrazarse a este dulce noviembre:
deslizando sus hojas, alfombradas respuestas...
que sólo cobran sentido al llegar el otoño.

De sal, de rozaduras y de arena.
También de agua de mar, de mar en calma.

jueves, noviembre 09, 2006

En la calle del Pez...


El despertar confiesa sus pecados:
hoy no tendrá más versos para mi.
No esperes que me quede aquí, a tu lado,
si quieres, volveré siempre a por tí.

La dulce sensación de estar tan lejos
a veces me encomienda su porqué,
y no puedo tener sed de tus labios,
si no me dejas tiempo a renacer.

No hay nada de razón en esta senda,
tampoco quiero ser tu sensatez.
Escribo porque siento en mi cabeza
necesidad sin ganas, madurez.

Un sobrio amanecer me ha despertado
no sé ni cómo, tampoco sé por qué...
Lo que sí sé es que vivo alborotado
cuando abro bien los ojos... y no sé...

Me faltan tres costillas... sin costado.
Me faltan sietes en el almacén...
Si quiero, te recuerdo, de prestado...
si no, me guardo el sueño en la niñez.

A favor, siempre gritan las sirenas.
En contra, amargos aires de placer.
Y tus besos... ¿me habrán envenenado?
Y todo, sin saber muy bien porqué.

De sal, de musas tristes, lleno el alma,
y suena música de Saint Germain.
Me pierdo en la espesura de unos labios,
mientras de fondo... espero tu vaivén.

No tengo que dar más explicaciones,
tú tampoco necesitas que las dé...
Es tarde ya, y hoy duermes en mi cama...
sin ese cuento que nunca te conté.

La noche afianza el vértigo en aleros,
las luces hacen vida... en la calle del Pez.

domingo, noviembre 05, 2006

Flores y Chocolate ...Fragmento...


"...Hoy he logrado reunir el valor suficiente como para escribirte una carta desde el otro lado del mundo. Posiblemente esta carta no llegue nunca, y un cartero la extravíe mientras se despide de su mujer con un largo beso. O, quizá, se caiga de su mochila mientras pedalea en una bicicleta mucho más que oxidada y con el manillar torcido de tanto colgar la saca de la última calle, la que lleva a tu casa, la que queda justo después de doblar la esquina en Saint Ettiene con Barsierettè.

Sin duda, no esperas ya recibir esta carta. A decir verdad, no esperas nada de mí... y, muy posiblemente, ya ni siquiera tengas todas aquellas fotos nuestras agolpadas en aquel corcho que se escondía detrás de la puerta de tu habitación. Ni esas fotos, ni tantos recuerdos que no han parado de dar vueltas en mi cabeza desde aquella tarde en Selsianne. Hoy siento más que nunca no haber sido capaz de volver. Haberte dejado allí, sin decir nada, apenas unas letras que espero que Ricard te diera en aquel sobre azulado que le dejé esa misma mañana y que tengo grabadas en lo más hondo del corazón desde aquel momento. "Hace ya semanas -comenzaba- que tengo un billete de avión para irme muy lejos. Tan lejos que no quiero decirte dónde, por si vienes a buscarme. Sé que esto debí hablarlo contigo y asíu poder tomar una decisión, como siempre, entre los dos, pero también sabía lo que hubieras hecho si te lo hubiera contado antes..." [...] "Y, egoístamente, hubiera sido aún más duro de lo que ya fue para mí. Será mejor así. No puedo permitirme ese lujo. Tú no te mereces que te arrastren mis sueños. Espero que sepas entenderlo: ahora no es el momento. Bisous, ma petite chèrie. Fabian."

Y, después de todo, hoy sigo sin saber si recibiste aquella carta de manos del camarero de nuestro café favorito en Paris. Y quizá es eso lo que me empuja a escribirte hoy, bueno, eso y que no he dejado de pensar en tí en todo este tiempo. Han pasado algunos meses y se han empezado a frenar las emociones que despertaba en mí esta ciudad y todo lo que significa vivir en un lugar tan distinto al barrio en que crecimos. Soy feliz y me gusta todo esto, aunque a veces me gusta soñar con poder verte por un agujerito, aunque sólo sea para saber que estás bien, que sonríes, que otro hombre te hace feliz y te lleva con los ojos tapados a comprar flores y chocolate en la Rue das Acacias... mientras te hace tropezar con las papeleras y te da vueltas en todas las farolas para desorientarte... y besarte después, justo antes de que empieces a gritar porque no sabes dónde estoy..."

miércoles, noviembre 01, 2006

Amor de Hipoteca


He empezado a sentir la presión que se cuelga del asa
cuando la gente no sabe estar, ni sola ni acompañada.
Y es que he visto a San judas mirar de reojo en la caja,
y a San Pedro jurar y jurar "que él no se mete nada".

Y también te he visto vender lo que queda en tu alma
a un diablo que es mal consejero y te guarda las manos.
Has tocado la piel y, después, las escondiste en tu espalda...
Sólo tú evicencias que tu ego, con creces, ya te ha superado.

Egocéntrica o no... eso es tuyo... como tantos defectos.
Esto sí es para tí, porque sé que ahora lo estás leyendo:
No te muestres tal y como eres, con tanta arrogancia,
porque puede que el mundo se entere y eso no te hará gracia.

Siete espinas que no eran por tí, ni siquiera de lejos.
Siete versos que nunca debí olvidarme entre huecos.
Siete nadas que quedan de ti... siete de dosmilcinco...
Siete fines, éstos de perfil, por si entiendes lo que digo.

En un mundo donde la verdad es escasa y tan cara
y el amor es papel de fumar hierba con fungicida,
me encomiendo a la virgen ska y a ese santo punkarra
y me cuelgo como espiderman, vocación de suicida.

Se celebran hoy más matrimonios firmando hipotecas
(esto es por si, de casualidad, entiendes la guasa...)
que acudiendo al ritual en que casan los curas de iglesia.
"Hasta que el interés variable coma en vuestra mesa..."
y el amor sea hoy el patrimonio de una entidad financiera.

Y no crean que soy yo un defensor de la curia cristiana,
dios me libre, me libre a mí dios, de pecar, vida insana!!!
Que los frailes hicieron por el amor tanto como la Caixa,
es decir, poner bote y cantar por comer durante la semana.

Si el amor lo define el euribor y un techo en las afueras...
yo prefiero ser ese romántico que busca en la niebla
de los sentimientos, azar, de flechazos, de puras vaguezas,
porque el pulso no me temblará firmando esas letras.

Y perdonen... eso no es amor, ni pasión: es la nada.
Eso, como dijo aquél, es pan para hoy, hambre para mañana.
Que cada cual saque su conclusión, que yo ya me confieso:
no pondré ni una coma de más, no me cogerán vivo...
Para hacerme firmar y firmar, por morir en un nicho.

A ese % TAE que llega a casa... en forma de recibo desde el banco.

Porque no todo tiene que tener sentido...


A veces me despierto pensando en una línea en el horizonte. Y no hay más. Esa línea da vueltas en mi cabeza... sin que pueda evitarlo hasta que se confunde a sí misma y se transforma en una línea de versos, en un momento inesperado, en una pintura neoclásica, barroca o rupestre, en un estribillo para mis "hit-parades" personales, en una situación grotesca o corriente, en un recuerdo que no llego a asociar con a quien pertenece, en unos pasos hacia ninguna parte... o en una mierda de texto que no termina sino en la papelera de reciclaje.

La verdad es que hace algún tiempo, poco más de un año, tuve la extraña pero muy normal etapa en todo escritor que atraviesa un mal momento: lo que se denomina como una sequía. Siempre llevaba papel y bolígrafo a cuestas, intentando no perder ni una sola de esas pinturas que me surgen de la nada y se convierten en algo como lo que antes mencionaba, dependiendo, eso sí, del momento y del ambiente. Y lo cierto es que la sequía se alargó más de lo que yo podía esperar, pero aunque parezca un poco absurdo... es como una impotencia real... es que no se te levanta, coño!!! Lo intentas una y otra vez, y no sabes bien porqué... pero te parece una mierda todo lo que estás tratando de hilvanar en pocas o muchas palabras. Para salir de esa falta de creatividad y ese "continuo-pánico-escénico" que me suponía destrozar todo lo que surgía de la pluma, me decidí un buen día a estrenar este balcón de festejos que tengo por blog. Y, a decir verdad, después de algo más de un año puedo decir que ha funcionado y que, al menos para mí, ha merecido la pena.

El blog se ha convertido en una pequeña excusa para escribir, para obligarme, para poder sacar al balcón lo que me da la gana: Desde mi corazón hasta unas bragas que encuentro entre mis cosas... no tengo más censura que mis propias vergüenzas, que cada vez son menos, lo cierto.

Además, este maldito invento me ha permitido contar también con sus comentarios, los de ustedes, con sus quejas, sus alabanzas, sus gritos de ánimo y sus proclamas... que agradezco enormemente, para bien y para mal, porque, en su justa medida, me han permitido crecer un poquito como escritor y otro poco como persona. Es siempre gratificante tenerles cerca, y escucharles. Eternamente: Gracias!!!

Sin embargo, me llama la atención, por otra parte, la interpretación que se ha podido dar en ocasiones de algunas piezas, versos o fragmentos que he colgado aquí con las pinzas de mi ropa. Y es que no todo lo que ventilo aquí es pura ficción, ni todo es cierto. Hay más persona que invención, sin duda alguna: hablo de lo que siento/he sentido alguna vez, dependiendo de la situación, el momento o la experiencia. Pero eso no significa que lo que intente plasmar aquí sea netamente real o, por su parte, deje de serlo. Quienes me conocéis bien, y los que no, no les viene nada mal saberlo, no soy sino un provocador, y entiendan la expresión en su significado más extenso, de los sentidos. Pretendo pintar a cada instante y no pretendo otra cosa que sugerirles, provocarles algo, hacerles participar de forma ajena en sentimientos, puntos de vista o imágenes que he visualizado en mis adentros.

Como puede resultar evidente, en ellos hay gran parte de mí... no soy de los que deja a un lado el alma para entregarse a la pluma como si las propias vidas les fueran ajenas... eso lo hacen otros, los maestros. Los buenos escritores que logran meterse tanto en la piel de un personaje que se eclipsan y se vuelven impermeables a su alrededor. Yo, como digo, soy un provocador sin más adjetivos. Y lo que pretendo es mover los focos y tratar de zarandear con lo que escribo los sentimientos del que está ahí enfrente, justo dónde estás tú leyendo. Indudablemente hay muchas relaciones causa-efecto, mucha metáfora barata y desgastada, mucho pincel mojado y mucha témpera que suelo dejar para que ustedes pongan color, sabor, textura y sensaciones a su antojo. Yo sólo me dejo llevar y ustedes me acompañan. Y si alguno ha estado lo suficientemente cerca en algún momento... seguro que me ha podido escuchar decir que "escribo por pasión y por terapia...", a lo que debería añadir en la primera, la pasión, disfruto realmente, y en la segunda, la terapia... pues que me funciona perfectamente, como el especialká o los olbrán a mis queridas marujas.

Por otra parte, algunos, entiendo que de entre los que me conocen bien, podrán dar explicación a muchas de las cosas que publico, desde un punto de vista personal o no tanto, pero no estarán del todo en el camino correcto, porque esto es el subsuelo y aquí todo es bastante distinto. O, por lo menos, eso es lo que pretendo. Con esto quiero hacerles entender que no todo lo que hay metido aquí es lo que verdaderamente siento. Es intimista... sí. Pero no es un diario. Ni tampoco pretende serlo. No hablo más que de lo que me apetece, pero no es informar el objetivo, ni que me conozcan mejor por dentro: simplemente provocarles una sonrisa (aunque alguna lágrima sería más correcto... teniendo en cuenta que hay más de gris que amarillo entre tanto verso), hacerles un giro inesperado, sorprenderles con un ritmo muy lento, hacerles testigos de una situación normal o inverosímil, sentarles en el banquillo de los acusados y que, después... sean ustedes los que juzguen, sin embargo, si les ha gustado o no. Punto final. O seguido: Como ustedes prefieran.

Y lo mismo es que lo entiendo como un acto de rebeldía ante lo que tanto me cansa del día a día. Un momento, el actual, que me aburre tanto, que me hace ver un panorama tan soso y tan cuadriculado que me arrastra a no querer más que evadirme y escribir sobre lo que me sale del quinto espacio. Me apetece hablar de muchas cosas, entre las que quizá el amor se convierte en un punto especial. Desde el destino trágico al sueño adolescente, o desde el más fraternal al que te arrastra inevitablemente. Y aún tengo algo pendiente, aunque les sorprenda, acerca del amor que promueven los Bancos... no piensen mal, no son los bancos que ocupan y llenan de caricias los enamorados en los parques, sino que estoy dándole vueltas al amor que se "fabrica" hoy al albor de las hipotecas, que últimamente celebran más matrimonios y casan más que los propios curas en las parroquias y las catedrales. Cosas como ésas ante las que me rebelo y no puedo hacer otra cosa que indignarme... quizá porque me sigo negando a creer que eso es amor aunque parezca serlo. ¿Se imaginan? ¿Hasta que la muerte los separe, a tipo variable y pendientes del euribor?

Si esto no les parece provocación... ¿Qué puede serlo?

Sean Felices... y coman Perdices.

Y espero que hayan entendido lo que pretendo decirles... entre tanto divagar por las cornisas.
Marcos