martes, octubre 03, 2006

Estatua de sal


Arriesgando la piel sin pensar en los pasos perdidos
hace falta tener valentía, y muy pocas certezas.
He podido crecer sin soñar, nada más que lo puesto.
Alentando poder caminar entre tanta maleza.

El tiempo no supo dejarme un cajón con tu ropa.
Tampoco me dejó escuchar la verdad de tu boca,
ni cuánto dejó tu rencor en mitad de la nada.
Ahora sólo me quedará el mar y ni una sola lágrima.

Yo ya puse mi piel a quemarse en la hoguera
Y no espero un reflejo de ti, ni ninguna quimera
No hay ventajas en sueños, ni hadas de cuento
No hay puntos ni comas... sólo quedan ya versos.

Soñar, era dar la otra mitad al mirarte a los ojos,
Me embebí en un berenjenal, que dejó sus despojos.
Empeñado en no pestañear, ni girar la cabeza.
Suspendí la verdad en el rincón que revoca tu ausencia.

Si guardaste un pequeño retal entre tanta prudencia
No te dejes llevar por la luz, y nunca te arrepientas.
Sal corriendo de aquellos fantasmas para que no te muerdan.
Échame a mí la culpa de todo aunque ya no la tenga.

No volví nunca desde la sensación, volví desde el olvido.
Y lo dejaré tal y como está, ¿será así más sencillo?
Y quizás es que tienes razón, y era más fácil antes,
cuando era una estatua de sal y podías odiarme.

¿No?

"...Volví a creer que se tiene lo que se merece
La vida es más compleja de lo que parece..."
Jorge Drexler

1 comentario:

Anónimo dijo...

querido amigo:

si la luz no llega al fondo del mar, es que este es demasiado profundo.

pero trankilo, seguira habiendo vida.