domingo, noviembre 20, 2005

Ángeles de humedecidas alas
















El frío calienta mi piel al rozarse en el hielo,
Congelando mis ganas de ser mucho más que un consuelo.
Agradezco la pura verdad, rebozada y serena.
Con sigilo me acerco al lugar donde merman las venas.

Imagino el mañana a través de unas lentes ahumadas
Y me tiendo en la piel que marchita la fe de la almohada
Entrevisto mis miedos así, aún teniéndote a oscuras,
A sabiendas que el mar es un fin que no termina nunca.

Bajo llave mantengo en cajones el susurro del alma
Si la histeria cerró las heridas, hoy se abren de calma
Como parte inconclusa de un cuento, sin hadas, sin duendes
Putrefactos anidan legajos, son piel de serpiente.

Y sentado en la puerta te guardo ese pan que maldigo
Esperando que nadie me acuse de ser un mendigo.
Aliñadas de aceite y de nada, cristales de barro,
Las imágenes mueren de sed apresadas en tarros.

Entremezcla mis ganas ser, de ayudar al suicida
Será el alba hoy, de nuevo, punto de partida.
Enseñándome a ser vagabundo, soy un fugitivo
Que se llena la boca en el humo de los cigarrillos.
<<...Como un ángel de sucias, humedecidas alas, Que al batirlas desempolva sin fe mi mirada, No te mueras y olvida el recuerdo para ser feliz Tiñendo los sueños del negro de aquel regaliz...>>

En la noche la luna me guarda un profundo secreto
Salvaguarda mis neuras, mis sobrias locuras de necio,
Sin pedirme las cuentas ni darme talones sin fondos.
Olvidar es también compartir lo que llevas muy hondo

Alimento la dura verdad, aun después del olvido
Revolcando mi sucia y locuaz visión, sin testigos
Entender me devuelve rutinas, y pequeños vicios
Aunque el cielo se oculte en la tierra, tras el precipicio.

Despellejo los gatos al sol de las hechiceras
Alimento de pelo y de piel hambrientas hogueras.
Soy al menos un haz de pudor al volcar mi memoria
Aunque el viento no me haga justicia, ni eleve la euforia.

Es curioso encontrarte en mi blog, sé bienvenida.
Será mejor que no vuelvas, y más de visita.
No te hagas más daño en el fin, y vuelve a tu parque,
El lugar donde puedes volar hacia todas partes.

Como un ángel de sucias, humedecidas alas,
Que al batirlas desempolva sin fe mi mirada,
No te mueras y olvida el recuerdo para ser feliz
Tiñendo los sueños del negro de aquel regaliz.



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