domingo, noviembre 13, 2005

Alimentando aquella sed

Alimentando aquella sed de mis locuras, no hago más que descubrir y anhelar todo lo que se posa ante mis ojos. Tan visual y expresivo como siempre fui, me mantengo en mi postura ante la vida. Soñando realidades a puñados como el que llega al mar y pretende abrazar toda la arena que hay en la playa para sentirla correr por todo el cuerpo. Revolcándome en la vida que me llena y almacenando ese saber que sólo aporta lo vivido, lo sentido, de lo que puedes afirmar haber sido testigo, lo que te marca, más o menos, de por vida. Unos ojos que pasean al cruzarse con los tuyos, un balcón lleno de vida, un pesetero taxista a través de los cristales, en sus ojos. Unos zapatos que, al caminar, asoman sus puntas al mundo mientras recorren la acera, rapidito, como las cucarachas. Así como las músicas de indefinida procedencia, los antros de todo pelaje que asomaban, entonces, chatos de vino, y hoy mojitos caribeños y otros cócteles, emanando melodías de cunas lejanas y diversas. Sonidos, ya no ruidos, de un Madrid que me condena y que me enreda, a pesar de sí mismo. Tanto por sentir en propia piel, tanto por dejarse entretener… mientras caminas por la superficie asfaltada y tensa de una ciudad que nunca para de moverse, infinitas disoluciones de mil puntos cardinales. Es difícil sentirse ajeno al movimiento, ajeno a esta ciudad de nadie, y de todos los que la sufren y la viven. Siempre intento seguir un itinerario distinto cuando paseo por esta maldito laberinto de alquitrán y bolardos en procesión. Con los ojos bien abiertos me dejo imbuir en lo que se mueve y lo que no. En lo vivo y en lo mortificado de sus naturalezas muertas en raíles, en pinturas, continuas o discontinuas, amasijos de neón, acantonados elencos de colores, paisajes de cartón y barrenderos, bancos, cajas, destellos de luz y sombras… entre tanta esencia histórica… viva o muerta, siempre esencia.

Alguien pensó que Madrid se despertó un buen día abandonada a su suerte, entre tanto alcalde cebollero que se empeño en arar Madrid en lugar de habitarlo, en lugar de hacerlo más humano, más sensato. A su suerte, como digo, porque iba perdiendo encanto para ganarse enemigos que comenzaron a aborrecer lo plomizo de su insufrible e irrespirable oxígeno en forma de boina encalada desde el techo de cielo al ajedrez en el suelo.

Sin embargo, la tribu de insurrectos no ha migrado: se quedó tras el telón para hacer mejor Madrid, manteniendo lo vital de esta ciudad, siempre su gente. Capaces de inventar lo más insospechado, así nos quedan restaurantes donde poder dar alas a la imaginación, cafés sin posos rancios, bares con canto y encanto… y más motivos por los que seguir buscando.

Poquito a poco, y gracias a manos amigas que me pasean por sus calles, voy descubriendo un Madrid bien distinto, aunque nocturno, aderezado de lo mejor, cobrando huecos y formas, sabores de colores sin pinceles, asimilando las entrañas por herencia, entre tanto bólido ruin y clan gorrilla, queda todavía un resquicio de luz, donde confluye lo común con el manjar y la sencillez. Lugares donde poder seguir alimentando aquella sed.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola mi niño!

Cómo te va?que ahora casi no nos vemos y no sé nada de tu vida, y como ni siquiera te conectas...

En fin, sólo quería darte las gracias una vez más por tus relatos, porque llevo una tarde bastante tonta, de llorera y tal,por añoranza de tiempos pasados,por amigos que sufren lo que no se merecen, por cosas que desearía que pasaran pero no pasan, por líos en mi cabeza...en fin, por circunstancias de la vida. Y se me ocurrió acudir a tu blog para ver si había algo nuevo y de paso recrearme en tus palabras. Y. como siempre, tanto en los momentos malos como en los buenos, aliviaste mi espíritu. Y esto se agradece más en los momentos como éste precisamente porque sé que aunque no estés ahí en presencia física o no puedas decirme nada para animarme(que sé que lo harías si pudieras)al menos revives en tus palabras que plasmas con toda tu alma en este blog.

Muchas gracias, como siempre.

Miles de besos.Tu amiga Sara

Anónimo dijo...

Bueno Marcos, q bonito...
Te voy a llevar conmigo al curro xa q les des a los tourists unas charlas sobre Madrid... Buen post, chavalote.
Un beso
Bea