viernes, septiembre 23, 2005

Como escapar del sol

Esperando aquel recuerdo incandescente
me desplomé hacia el mar bajo la luna.
Quizás perdía la voz, mientras, tú duermes,
dejándome la piel semidesnuda...

Es cierto que el sabor pierde en dulzura
y gana en acritud mientras te alejas.
Posiblemente la verdad era más dura,
verdad... entretejida por las rejas.

Son muchos los retazos de cordura
que dejaron caer las marionetas.
Son tantas las esperas y las curvas...
que ya no sabes bien por qué te quejas.

"...Esperando aquel recuerdo incandescente,
decidí escapar del sol, de su destino..."


Y a veces los encuentros son casuales...
son tanto como quieras tú que sean.
Y hay otras que te curten, a puñales
de sol, de lluvia y viento, de mareas.

Es cómplice el dolor, como su ausencia,
testigo ante una almohada de miserias.
No es más que un corazón que se consuela
y exige amor, y muerte, por clemencia.

Esperando aquel recuerdo incandescente,
decidí escapar del sol, de su destino.
Preferí vestirme, no oirte, no verte...
Opté por continuar otro camino.

Cuando la oscuridad la emprenda a chuchilladas
espero estar muy lejos del olvido.
No quiero más ser pasto de las llamas...
ya sólo quiero ser lo que he vivido.

Desde el mismo rincón de mi existencia...

Marcos Calvo

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