jueves, julio 28, 2005

Perra Vida ...

Mi corazón en la UVI

Las circunstancias obligan... y, en ocasiones, te enfrentan a un sinfín de situaciones que no te planteas pero que te saltan a la cara como el aceite ardiendo. Desde hace varios días vivo una soltería involuntaria, aunque no puedo negar más que aceptada, y desatada después de mil desencuentros y rocambolescas carambolas llenas de malentendidos. No se asusten. No me arrepiento, será mejor así, sin duda alguna. Han pasado ya los días de ruido y furia: creo haber superado ya la injusta niebla que te siembra el corazón de mil espinas, espinas que son causa del proceso lógico de una relación atravesada en turbulencias y en un pesado pasado de litúrgicas costumbres encostradas a la piel, llenas de tibieza y desencantos. Dolor que dio dolor y ya no duele, pese a que deja heridas, inevitablemente. Heridas, innumerables, que no cerraron después de todo. Heridas embebidas en la sangre de un corazón injusto, insolidario, incapaz de bombear plaquetas para tanta piel rota a pedazos. Mejor que fuera así...al menos para abrir los ojos y pararlo. No hubo, ni habrá, suficiente Betadine, desde luego no si viene cargado de absurdo orgullo. Tampoco hubo gasas limpias que calmaran parte del dolor que causaron los navajazos de la incomprensión. Ni mucho menos hubo puntos con los que hacer por suturar las inclemencias de una tormenta innecesaria, a pesar de los esfuerzos por resguardar el alma y el cuerpo de las turbulentas y oscuras sendas recorridas en más de tres años a pecho descubierto y poniendo la jeta para que, ¡cómo no!, después de todo recibir muchas, incontables, hostias mientras te empeñabas en buscar la luz del sol gitano, aquel que llega con la mañana, bien temprano. A pesar de todo, y de haber pagado a tientas tantos palos, porque bien dice el refrán que “más cornás da la vida”, serás eternamente un cabrón y un desalmado. Serás el innombrable eternamente, como la soga en casa del ahorcado. Serás mierda de buey, pelo de sapo, posiblemente ni te lleguen los recibos de todas las facturas, a pesar de que pringaste tantos pagos. Así como faltaron muchas cosas, hay que reconocer que otras sobraron: El agua oxigenada fue de espanto, en forma de “Perdono, pero no olvido” Como el que va a por lana, y acaba jodido y trasquilado. También en forma de injusticias caprichosas que, sólo por amor, toleras y comprendes haberlas tolerado. Me sobra el suero en forma de silencio, un suero sepulcral y envenenado, que sembró este corazón con tantas dudas como para conseguir callarlo. Eso sí, hielo no faltó. Hielo a manos llenas, que sirvió, al menos, para calmar la hinchazón de tantos golpes en una espalda dolorida y magullada. Hielo de pena y de desilusión. Y, para colmo, con el culo pelao y en carne viva, jodido hasta las trancas porque después de todo, ya no puedes ni sentarte... en cierto modo es mejor quedarse en pie, para no joderte más. ES MEJOR CAMINAR, para no mirar atrás. ¿¡Como para pasar la ITV con este informe médico!?. Sin embargo, armado, como casi de costumbre, con tiritas en forma de paciencia y la voluntad de no mirar atrás a pesar del tiempo y a pesar de mi, me encuentro viviendo una i-rrealidad inesperada: me siento mejor así.

Agradezco las tiritas y los bálsamos que me fueron aplicados con esmero por los que me esperan desde la trinchera pura y dura de la vida. Los buenos, los amigos. Los que no preguntan ni juzgan, los que no hacen otra cosa que escrutarte mirándote a los ojos hasta llegar piel por dentro porque saben lo que hay...que andas jodido y derrapando dispuesto a volcar en la próxima curva. Los que te dan la mano para que te agarres tan fuerte como puedas y quieras. Aquellos que nunca te dicen aquella frase hijadeputa de “Mira que te lo advertí...” No. Eso nunca. Aunque así fuera y no te lo hubieran advertido una, sino mil millones de veces... esa frase será la que se callen para llevarla hasta la tumba. Amigos que en las noches de revuelta te dan la calma necesaria para acallar los alaridos del ansia, los idilios con la desidia, los encuentros con la ira y los arañazos del miedo. Gracias a ellos no naufragué ante ninguna de esas impetuosas tempestades. Gracias a su sinceridad y a su sosiego, a su tenaz empeño por mantenerte a flote, aún a pesar de que los chuzos caigan de punta y con mucha mala leche. Gracias, de todo corazón.

Y si de corazones se trata, el mío está recuperando color y estado de forma con cada minuto que camina en el reloj. Después de pasar por la UCI de mis grandes amigos, su morada actual no puede ser otra que la UVI y comprobando continuamente las constantes vitales por los anteriormente citados.

Y es así como estoy volviendo de nuevo al punto de partida: A mi perra vida. La mía, la que desde hace meses me empeño en que ustedes conozcan, la que es en realidad mi pequeña (ir)realidad vital, social, circunstancial, penal, local y general.

Advierto lo incomprensible del relato... pero no le busquen tres pies al gato. Es lo que hay. Ni más, ni menos.

Saludos desde la platónica caverna del desconcierto subjetivo.

Marcos Calvo
marcos.calvo@gmail.com

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay chico que gilipollas eres a veces :) menos ma que aun asi algunos te queremos

Anónimo dijo...

Realmente tu relato me a dado que pensar,pensar en las turbulencias que debemos de pasar por algo que deseas y que algunas veces la vida te da muy malas jugadas.
Yo me encuentro en tu tren, si en otro vagon, pero en tu tren y se que hay actos del destino que no podemos cambiar ni controlar, que se nos escapan de nuestras posibilidades,aun asi me considero afortunado de contar con gente como tu,como vosotros que me hacen recapacitar sobre la importancia que tienen los problemas,la vida en si.Un ir y venir de dificultades que nos hacen hacernos fuertes en la indiferencia.
Ya es hora que me pueda levantar y gritar al aire mi nombre y quien soy,ser yo mismo sin esperar una mala cara por que las cosas no la salen como deseaba,lo mas importante es ser como eres,ser tu mismo eso es lo que define a cada persona y es lo que con los años va a perdurar no dejemos que nos quiten eso que nos queda.

Un saludo de otra persona distinta

Anónimo dijo...

Weno jefe!Permiteme que alabe de alguna forma tu coraje, es difícil entrar en la plaza y enfrentarte con el toro (la adversidad y el dolor), pero de vez en cuando es muy recomendable que el toro te de una buena cornada para que entiendas lo bueno y lo malo que tiene todo aquello a lo que te enfrentas.
Ya sabes que tengo una enorme confianza en tí, además de un enorme cariño y un gran respeto, no se si fue el destino el que nos unió, o es que los que recibimos más hostias a lo largo del camino nos vamos uniendo poco a poco para, juntos, ahogar nuestras penas y servir de tiritas a aquellos que están jodidos.
Yo no te puedo servir para mucho pero sabes que estoy aquí pa´ lo que sea, lo sabes mejor que nadie y espero que si me necesitas para cualquier cosa, aunque sea para limpiar las gotas que seguro irás dejando por ahí con el Betadine, estoy a tu lado.
Weno, se fuerte, o mejor, sigue siendo fuerte, porque amigo, siento decirte esto en estos momentos, pero la gente que es tan de Puta Madre como tú (pura sangre, lo recuerdas?)reciben muchas cornadas en la vida, pero también se rodean de los mejores. Muxos salsaludos de esta humilde mortal. Toñy.

Anónimo dijo...

“Temo que sea demasiado temprano, pues mi corazón presiente alguna fatalidad, todavía suspendida en las estrellas, comenzará amargamente su temible curso con los regocijos de esta noche y pondrá fin a la despreciable vida que encierra mi pecho por algún golpe vil de prematura muerte. Pero ¡que aquel que gobierna el timón de mi existencia guíe mi nave! ¡Adelante, alegres caballeros!”.

Chechu, quizás no sepas quien soy y probablemente nunca lo sepas, pero solo era para decirte que no se puede luchar con la mente ni con el corazón.

Anónimo dijo...

Bueno guapo, no veas cómo te entiendo. Mi relación acaba de naufragar de una vez por todas, y es que ya era hora después de tantos " quiero pero no puedo". Aún así, y aunque el buen rollo y el cariño ( y un cariño inmenso, por cierto) continúan entre nosotros, siempre queda esa úlcera sangrante que pincha y que no deja que te olvides de tus aventuras y desventuras con esa persona tan fácilmente...

En fin, ya sabes que aunque últimamente no nos hayamos visto demasiado ( Ay! esas pellas...)siempre he depositado mi confianza en ti, porque me pareces alguien de esos que dices tú que no juzgan sino que escuchan, que no intentan condicionarte sino que tienden su mano para que no te hundas y si en algún momento llegas a caer levantarte y ayudarte a seguir haciendo camino...Muchas gracias por todo, Marcos, y por tu relato, porque no sabes cuánto alivia sentirse identificada con esas palabras que no salen de tu boca y que cuando lo hacen es a borbotones y no sabes expresar...Gracias por ayudarme a comprenderme a mí misma. Un abrazo grandísimo. Sara.

Anónimo dijo...

Algunas veces encuentras en la vida
una amistad especial:
ese alguien que al entrar en tu vida
la cambia por completo.
Ese alguien que te hace reír sin cesar;
ese alguien que te hace creer que en el mundo
existen realmente cosas buenas.
Ese alguien que te convence
de que hay una puerta lista
para que tú la abras.
Esa es una amistad eterna...

Cuando estás triste
y el mundo parece oscuro y vacío,
esa amistad eterna levanta tu ánimo
y hace que ese mundo oscuro y vacío
de repente parezca brillante y pleno.
Tu amistad eterna te ayuda
en los momentos difíciles, tristes,
y de gran confusión.
Si te alejas,
tu amistad eterna te sigue.
Si pierdes el camino,

tu amistad eterna te guía y te alegra.
Tu amistad eterna te lleva de la mano
y te dice que todo va a salir bien.

Si tú encuentras tal amistad
te sientes feliz y lleno de gozo
porque no tienes nada de qué preocuparte.
Tienes una amistad para toda la vida,
ya que una amistad eterna no tiene fin.


Hasta pronto Chechu